"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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23-06-2012 |
Helios
Siempre me ha parecido hipócrita el elogio desmedido y unilateral al final de la vida. No aspiro a hacer ahora –como no lo hice antes- “buena letra”, sino a que lo escrito ayude a avanzar a esa clase y a ese pueblo a quienes Helios ha dedicado sus esfuerzos.
Ante todo, Helios ha sido admirable y querido. Su larga vida (86) le ha permitido alcanzar una trayectoria militante difícil de igualar: setenta y cinco años iniciados a sus once de edad, cuando trepado a un cajón defendió la causa republicana española. Ese “solo” hecho alcanza para comprender la dimensión humana de su persona.
Nos conocimos en 1961 en la gestación y breve vida inicial de la Unión Popular , siendo él Secretario General de la Agrupación Nuevas Bases. Me agradó la fraternidad y seriedad para escuchar a los jóvenes. Nos reencontramos a los veinte años. Fui invitado al Congreso de la Izquierda Democrática Independiente, a días de la amnistía tras recobrar la libertad después de diez años de reclusión. Fui observador, él actor de primer nivel, y noté la misma pasión por encauzar una novel fuerza de izquierda para el proceso democrático reanudado. Por último, fuimos compañeros de causa en el “día a día” durante años. Al principio cuando era diputado, aportando entrevistas y opiniones para la revista “ Alfaguara”. Nos conocimos mejor, y mucho más durante los seis años que vivimos juntos la rica y frustrante experiencia de la Corriente de Izquierda (1997-2003). En intercambios “mano a mano” Helios se definió como liberal de izquierda. Agregaría –y no dudo que lo aceptaría- con fuerte componente nacionalista, defensor tanto de la patria uruguaya como de la Grande de Nuestra América.
Fue inigualable como aglutinante de mujeres y hombres de perfiles ideológicos distintos; por ejemplo, en la gestación y desarrollo del MPP. En él, quedó rodeado por una fuerza política (el MLN) que no era la suya. Con entusiasmo aceptó la propuesta de ampliar el espacio radical, que alcanzó su plenitud en las elecciones internas de 1997, cuando la recién nacida Corriente de Izquierda se convirtió en la segunda fuerza del Frente Amplio. Su agudeza intelectual e inagotable capacidad de trabajo le llevó a representarla con lucidez durante pocos años en el Senado, además de continuar su constante labor de asesor laboral y jurídico a sindicatos, a trabajadores, a militantes, generalmente en forma honoraria.
Sin embargo, no hay seres humanos sin la comisión de errores. Le faltó saber conducir a esa Corriente de Izquierda en toda su trayectoria: lo hizo con acierto enfrentándose al MLN (y al 26 de Marzo, que se apartó detrás del MLN), arrastrando poco después el MLN a la mayoría del MPP. Helios recrea el movimiento en el “MPP Fundacional” que sigue en la C. I. mientras el MLN opta por las alianzas veleidosas que han conducido al Parlamento a los Saravia y Semproni. Siguió luchando contra la opinión mayoritaria, cuando la Corriente de Izquierda quedó disminuida, pero fuerte en su organización y capacidad política demostrada en el Congreso “ideológico” Tota Quinteros (2001). Después, su alejamiento por enfermedad durante meses decisivos, dificultó su tarea. En ese momento al astuto Helios le faltó determinación para no dejarse entrampar por inescrupulosos que lo elogiaban, al tiempo que hacían un trabajo de zapa interno. Así sobrevino la disgregación de la Corriente de Izquierda, quedando atrapado por una secta burocrática receptora de órdenes de una minúscula “internacional”, que luego de “despejar” el camino -forzando al alejamiento a decenas de cuadros militantes- pretendió que la Corriente rompiera con el Frente previo a las elecciones de 2004. En sus años finales volvió a ser cautivo de sectas que también usaron su prestigio, sin que hayan podido dejar de ser sectas. Careció de fundamentos marxistas (análisis de clases, estrategia, táctica) para saber –entre otras cosas- que es equivocado alejarse de una organización cuando ella goza de la confianza popular.
No obstante, por sobre todo es primordial destacar que fue un insobornable y consecuente trabajador por el pueblo. Y eso durante setenta y cinco años, lo convierte en un referente ético y político del más alto nivel. No lo olvidaremos.
Alfaguara 8, página 19. Lo que simboliza HS.
De 11 a 86 años. Insobornable. Tozudo, optimista, consecuente, con la rabia de los que nada contra la corriente.
El liberal de izquierda, que eso fue, sin entender el marxismo.
Incapaz de dirigir tanto a la interna como en relación al FA. Ver CI Terminal, etc.
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